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miércoles, 18 de abril de 2012

LAS NEURONAS ESPEJO Y LA EDUCACIÓN

LAS NEURONAS ESPEJO Y LA EDUCACIÓN


Introducción

Las neuronas espejo fueron descubiertas por el grupo de investigación dirigido por Giacomo Rizzolatti, en 1991, cuando buscaban propiedades visuales en el sistema motor de macacos. Este tipo de neuronas motoras presentan la particularidad de que se activan cuando el mono ejecuta una acción, pero también cuando el mono observa acciones similares realizadas por otros individuos. Se localizan en una zona motora del lóbulo frontal llamada área F5 y en una parte del lóbulo parietal conectada con F5 (ver figura). En los años posteriores se realizaron pruebas convincentes que indican que en el cerebro humano existen neuronas con propiedades similares. En los seres humanos este tipo de mecanismos de espejo se cree que participan directamente en la comprensión de las conductas de los demás, intervienen en el aprendizaje por imitación y en el procesamiento del lenguaje. La capacidad de imitar es la base de la cultura humana y de la transmisión del conocimiento por lo que constituye un importante recurso educativo.


Comparativa entre la zona F5 del lóbulo frontal del mono(A) y las posibles zonas homólogas del lóbulo frontal del hombre (B). 1


Las neuronas espejo en el hombre

En los seres humanos, las zonas principales que se mantienen activas durante la observación de las acciones ajenas son la parte posterior de la zona de Broca 2 (zona 44 de Brodmann que puede considerarse el homólogo humano de la zona F5 del mono, en el lóbulo frontal) y una región del lóbulo parietal inferior. Estos circuitos parietofrontales integran la información sensorial y motora y trascienden el simple control de los movimientos. La percepción y el reconocimiento de actos ajenos, la imitación o diferentes formas de comunicación, que encuentran en el sistema motor su sustrato neural, no involucran sólo a nuestro cuerpo y a los objetos que lo rodean sino también al cuerpo de los demás.

En el hombre, a diferencia del mono, las neuronas espejo también se activan con la observación de actos intransitivos, es decir, no dirigidos hacia un objeto (como fingir coger un objeto). Además, las neuronas espejo del hombre pueden interpretar tanto la intencionalidad de las acciones como aspectos temporales de los movimientos que componen las mismas.3

La imitación

Los seres humanos nacemos dotados de mecanismos que nos permiten imitar acciones. Los bebés, con apenas unos días de vida, son capaces de imitar expresiones faciales y, al cabo de unas semanas, ya pueden manifestar emociones básicas como la felicidad o el enfado. En el caso de los adultos también se imitan conductas básicas, aunque de forma más selectiva y con menos frecuencia, dado que los mecanismos inhibitorios del cerebro se encuentran en los lóbulos frontales4 y sabemos que no se desarrollan hasta las primeras etapas de la edad adulta. Todo esto sugiere que la imitación constituye una importante herramienta de aprendizaje (ver video) y que, de forma natural e inconsciente, somos capaces de tener un conocimiento sobre los demás. Al observar una acción, las neuronas espejo de nuestro cerebro lo preparan para imitarla. Por ello, en consonancia con el “vale más una buena imagen que mil palabras”, los docentes deberíamos asumir que el aprendizaje, por regla general, requiere menos explicaciones tradicionales (nos preocupamos en exceso por lo que queremos transmitir) y más tareas que fomenten la observación. La imitación sin las neuronas espejo estaría exenta de captar los estados mentales asociados y los sentimientos ajenos, por lo que representaría una mera reproducción de lo observado.


La imitación y la empatía en el contexto escolar

El alumno considera al profesor como un referente tanto en lo académico como en lo emocional. La imitación puede ser espontánea o dirigida por lo que el docente puede guiar el aprendizaje y mostrar modelos en la resolución de problemas, al mostrar sus diversas formas de comunicación o a través de sus relaciones personales, intereses o motivaciones. Y es que los docentes hemos de asumir que las ideas, valores y actitudes que manifestamos en la enseñanza son tan importantes o más que los conocimientos impartidos.

Asimismo, como muestra de trabajo cooperativo, los alumnos con mayores facilidades para desarrollar ciertas tareas pueden colaborar con los compañeros que presenten mayores dificultades favoreciendo el progreso general. Seguramente las neuronas espejo constituyen una parte fundamental de las memorias implícitas, pues este tipo de memorias inconscientes resultan de nuestros encuentros sociales y nuestra comprensión de las situaciones sociales es automática.

Es por ello que continuamente abogamos por una auténtica educación del inconsciente (ver artículo anterior, educacion-del-inconsciente) a través del entrenamiento que permite automatizar toda una serie de hábitos adecuados. Y todo eso reposa en la memoria.

El aprendizaje de las conductas y de las respuestas emocionales requiere la imitación y la observación de reacciones ajenas que acaban conformando nuestra propia experiencia. Pero la imitación no basta, dado que se requiere comprensión y conocimiento de la tarea desarrollada. En el aprendizaje de una nueva lengua o en la práctica de un deporte la imitación resulta imprescindible. Pero la mejora y la optimización del aprendizaje necesitan creatividad, factor crítico tradicionalmente olvidado. La creatividad requiere inteligencia y conlleva originalidad, y para ser creativo hay que tener asumido que el error forma parte del aprendizaje.

Como la imitación nos permite acceder al mundo mental de otras personas, las neuronas espejo posibilitan la interpretación de las emociones de los demás. Y esto constituye un requisito fundamental del comportamiento empático que caracteriza a nuestras relaciones. Nuestro diseño cerebral facilita la comprensión mutua y la presencia de las neuronas espejo nos demuestra que somos seres sociales. A través de un proceso evolutivo continuo, la imitación ha facilitado el aprendizaje cooperativo y la transmisión de cultura. Las relaciones interpersonales en el aula, como comentábamos anteriormente, no se limitan a la relación profesor-alumno sino también a la relación alumno-alumno. Los docentes, a través de la interacción con el alumnado, deberíamos gestionar el proceso de transformación del grupo fomentando el aprendizaje compartido. Como las regiones cerebrales que contienen las neuronas espejo se comunican con el sistema límbico5, centro cerebral de las emociones, y como este sistema guarda una relación directa con la empatía, los docentes deberíamos generar climas emocionales positivos. Y es que la felicidad constituye el verdadero objetivo de la educación.

Jesús C. Guillén

1Rizzolatti G, Arbib MA, “Language within our grasp”, Trends Neuroscience 21, 1998.

2El área de Broca es una región del lóbulo frontal izquierdo dedicada a la producción del lenguaje.

3Gangitano, M., F.M. Mottaghy y A. Pascual-Leone, “Phase specific modulation of cortical motor output during movement observation”, NeuroReport 12, 2001.

4Las personas que padecen ecopraxia muestran una tendencia compulsiva a imitar los gestos de los demás. Este tipo de pacientes muestran lesiones en el lóbulo frontal.

5La ínsula desempeña un papel importante en la compartición emocional. Está implicada en las sensaciones viscerales.

Para saber más:

Rizzolatti, Giacomo; Sinigaglia, Corrado, Las neuronas espejo: los mecanismos de la empatía emocional, Paidós, 2006.

Rizzolatti G., Craighero L., “The mirror neuron system”, Annual Rev. Neuroscience 27, 2004

Blakemore, Sarah-Jayne; Frith, Uta, Cómo aprende el cerebro: las claves para la educación, Ariel, 2011

Marina, José Antonio, Los secretos de la motivación, Ariel, 2011.

jueves, 12 de abril de 2012

“Precisamente, somos más que la suma de las partes” Carmen Vázquez

“Precisamente, somos más que la suma de las partes”
Carmen Vázquez Bandín
Durante muchos siglos, la reflexión, el estudio y la filosofía sobre el ser humano han separado a este de su entorno haciendo hincapié en su individualidad. Al mismo tiempo, como niños llenos de curiosidad, hemos dividido, fragmentado la naturaleza del ser humano creando Ciencias para estudiarlo y explicarlo. La Anatomía, la Psicología, la Fisiología, la Sociología, la Antropología, etc. nos dan múltiples y variadas visiones del ser humano. Todas fragmentadas y, en la mayoría de los casos hasta incompatibles.
Pero en todos los casos, hemos olvidado, en nuestros estudios, tres verdades obvias:
La primera de ellas es que estamos hechos de “una sola pieza”, que somos seres holísticos, que cada vez que un estímulo, interno o externo, nos toca, reaccionamos con todo nuestro ser aunque un aspecto de nosotros sea el que llame nuestra atención y, aparentemente, parezca el único. Por ejemplo, mientras estamos en una conversación interesante, si empezamos a sentir mucho frío… esto va a afectar a nuestra atención y vamos a cambiar, de forma global, la prioridad de nuestra necesidad. O si un niño tiene sarampión o cualquier otra enfermedad a la que consideramos “física”, posiblemente se ponga pesado y cariñoso, o apagado o malhumorado… que corresponde al ámbito psicológico o anímico. Cada reacción al entorno, sea cual sea su manifestación, implica a la persona en su totalidad.
La segunda obviedad es que el ser humano, gracias a su capacidad reflexiva, gracias a los que los teóricos llaman “self”, es un animal que se ha alzado por encima de la “animalidad” hasta cimas que ningún otro animal haya podido alcanzar. Esto nos lleva, en palabras de Zygmunt Bauman a “elevarnos, colectiva e individualmente, por encima de la finitud de nuestra vida corporal, sabiendo, sin embargo, que el vuelo de la vida acabará inevitable (y literalmente) en tierra”.1 Esta dualidad es el origen de todos nuestros esfuerzos por encontrar una respuesta que aúne nuestra naturaleza. Sabiéndonos seres finitos y temporales y no sabiendo cómo resolverlo encontrando la inmortalidad, hemos tratado de salvar nuestra angustia buscando formas materiales de llenar ese “espacio” entre el cielo y la tierra, creando continuamente modos de perdurar. Sintiendo un cierto orgullo de haber vencido así a la muerte.
La tercera característica es que, en nuestra naturaleza, también, está, como punto de partida, el ser animales sociales. Que necesitamos al grupo, al otro para poder existir, y que en él y con él tratamos de encontrar un significado a nuestras experiencias. No existe un “Yo” si no tenemos un “No-yo” como referencia. De este modo oscilamos continuamente entre el “Yo” y el “Tú/Vosotros” para sentirnos, breve y temporalmente “Nosotros”. La necesidad de pertenencia está arraigada de forma permanente en nuestra naturaleza. Hasta el ermitaño que decide la opción de “abandonar el mundo” tiene presente a los otros, a los que decide renunciar, ya que para poder renunciar a algo o a alguien hace falta que esté en nuestro mundo, en nuestras referencias de la vida.
Es, por tanto, nuestra condición natural, resumida en estas tres características, lo que nos ha empujado y nos empuja a elevarnos por encima de ella, al mismo tiempo que la desarrollamos, en el sentido de “despliegue” de potencialidades. A medias entre los animales y los ángeles, no tenemos solamente cuerpo, o solamente “espíritu”, en el sentido psicológico del término, buscamos, desde los albores de la humanidad una respuesta a nuestro dilema, una integración de nuestra dualidad, un significado a nuestra existencia, un destino que aplaque nuestras incertidumbres y nos dé respuestas.
Cuando el “hombre de Cromagnon”, tiró su “hueso-herramienta” al aire para “apropiarse” del mundo y hacerlo suyo, como hemos visto muchos de nosotros, de un modo simbólico, en la película “2001, una odisea en el espacio”, se encontró consigo mismo y con “su manada”, que diría Deleuze, y con un interrogante: “¿quién soy/somos?, ¿a dónde voy/vamos?”. Más de veinte siglos después seguimos haciéndonos las mismas preguntas, como, también, se las hicieron los filósofos griegos, romanos, árabes, en la Edad Media europea, en América. En cualquier cultura desde que empezó a florecer el pensamiento filosófico.
Pero al descubrirse el ser humano a sí mismo descubrió “luces” y “sombras”. Si utilizo el mito del Paraíso para tratar de explicar el camino, la dirección del “despliegue” de nuestra naturaleza, podría decir que Adán y Eva comieron del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, y con ello descubrieron la libertad, y la duda, y la necesidad de vivir para experimentar, y los sentimientos, y la compañía (que es la parte afectiva y emocional de la pertenencia “instintiva”). Pero que sepamos, no comieron nunca del Árbol de la Vida. Y se encontraron con dos conflictos: el manejo de la libertad con todo lo que eso implica de elecciones, conflictos, escrúpulos, rechazos, etc. Como un individuo dentro de una colectividad, y la consciencia de esta naturaleza “entre el cielo y la tierra” de la que hablaba antes, que marcan y dan sentido a nuestro desarrollo y evolución.
Inscritos fundamentalmente como seres temporales, lo que era “una manada” da origen a un “clan” regido, ya, por un lenguaje común, posiblemente subvocal de gruñidos y onomatopeyas al principio y, poco a poco, simbólico; por unas normas “rudimentarias” de relación y convivencia que acabaron siendo normas y preceptos morales y leyes cívicas; por unos mitos “mágicos” y ritualísticos que acabaron siendo religión, espiritualidad y trascendencia; por unas formas lúdicas de compartir los momentos de ocio y de celebración que dieron lugar al arte en todas sus múltiples manifestaciones… La “sociedad” y la “cultura” empezaban a ser las creaciones del ser humano y estas co-creaciones, al mismo tiempo, le transformaban a él. Y seguimos transformándonos y transformando.
La “sociedad”, es el nombre del acuerdo y la participación, y también es el poder que confiere dignidad a lo que se ha acordado y es compartido. La sociedad es nuestra co-creación y el único reto humano, ya que supone el equilibrio entre la libertad y la seguridad de la pertenencia.
La “cultura” y como manifestación de esta, el “arte” son productos de esa sociedad formada por individuos. Y las teorías, religiones, políticas… las maneras propuestas por distintas sociedades (tanto en el tiempo como en el espacio) son sugerencias temporales para resolver el dilema de nuestra naturaleza y sugerir un modelo para poder obtener un poco de satisfacción y felicidad.
Lo que, en un principio, “giraba” en un flujo fluido de figuras y fondos entre la individualidad y la sociedad, entre la finitud y la eternidad, algunas de las creaciones humanas, como, por ejemplo, las instituciones, o las ciudades que, poco a poco, multiplicaron su densidad de población, etc. fueron alejándose de los individuos, y los individuos se fueron apartando de su compromiso y de su necesidad de cooperación y participación.
“Como muestra, vale un botón”, dice un dicho popular, por lo que voy a poner un ejemplo, haciendo un breve excurso: hay tres términos que, actualmente vuelven a estar de moda, urbs, polis y comunitas. Y, aunque no sea la “especialidad” que nos atañe a nosotros, mi ejemplo va a empezar refiriéndose a la arquitectura. Polis y Urbs son dos conceptos que si bien sus orígenes nos hablan, el primero, de Grecia refiriéndose a “la ciudad”, y el segundo del Imperio Romano, con el mismo significado de ciudad, fue, en el siglo XI cuando empezaron a tener otro significado, junto con otra palabra: Civitas. Este triunvirato se convirtió en tema clave en la construcción de las ciudades europeas. Mientras que la Urbs pasó a designar la construcción de edificios y el diseño material de las ciudades, el concepto de Polis cobró un significado más “psicológico”, refiriéndose a las comunidades sociales, étnicas, laborales, etc. dentro de una ciudad. Civitas, designaba a los ciudadanos tomados individualmente.
De estas palabras han surgido: Urbanismo, de Urbs, Política de Polis, y Civilización, de Civitas. Dando origen a tres aspectos de una misma realidad cada vez más desligados entre sí y que no hacen sino incrementar la confusión del “hombre de la calle” que diría Paul Goodman.
Si de estas tres palabras, tan alejadas ahora entre sí me centro, durante un segundo en “política” podemos ver que Castoriadis, filósofo francés, de origen griego, cuyo pensamiento se ha desarrollado en pleno siglo XX, dice “entiendo por política una actividad colectiva reflexiva y lúcida, que apunta a la institución global de lasociedad2”. Hacer “política” en este sentido supone esforzarse, abiertamente, por cambiar la sociedad y hacerla más vivible, más enriquecedora. La política no acepta, pasiva y ciegamente, lo que está instituido, sino que lo cuestiona y trata de hacerlo flexible y cambiante.
Los politae griegos o los burgueses europeos no se dedicaron a cambiar las instituciones, la filosofía, los valores, el pensamiento y el saber con la única meta de probar que eran capaces de llevar a cabo este cambio, o de hacerse ricos. Intentaron, más bien, crear una situación permitiendo un principio de realización de la autonomía individual y social.
¿Qué podríamos decir ahora de nuestros políticos, o de nuestros “urbanistas” o constructores de nuestras ciudades (¿o tendría que llamarlas colmenas, solamente para abejas reina?)? ¿Nos consideramos a nosotros mismos como “políticos” en el sentido de influir con nuestro modo de comportarnos o nos dedicamos, exclusivamente, a nuestras cosas como lo único importante? ¿Qué ha pasado con nuestro sentirnos seres pertenecientes a una comunidad? ¡Nos basta preguntar a alguien que le sugiere “comunidad de vecinos”! En mi opinión, el éxito del actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, es un ejemplo diría yo, de una promesa de vuelta al concepto político de atender las voces de la gente y de potenciar el esfuerzo colectivo de participación popular en el ámbito de la comunidad, sin olvidarse de sí mismo y de su responsabilidad. Con sus planteamientos y con su actitud, por el momento, intenta promover la vuelta, yendo hacia delante, al “estado original” del ser humano aprendiendo del recorrido ya hecho y tratando de recuperar nuestra esencia y nuestros valores más básicos: el grupo, la responsabilidad, la participación, el baile constante de un Yo/Nosotros.
Pero si volvemos al estado actual de nuestra forma de actuar, desde hace tiempo, a esta brecha que cada vez se ha hecho más insalvable, a esta “locura” entre ser, al mismo tiempo, seres individuales y sociales, finitos y eternos, podemos observar que el conflicto nos ha llevado a hacer una nueva co-creación: la neurosis, y con ella el nacimiento de la psicología, de la psicopatología y de la psicoterapia. ¿Cómo puede el ser humano reconciliar sus necesidades sociales y sus necesidades individuales, sabedor de su muerte y con ansias de inmortalidad? Y volvemos a ser creativos en teorías, escuelas, planteamientos, hipótesis y modos de resolución del dilema (lo que conocemos como teorías psicológicas y escuelas de psicoterapia) pero no es fácil aliviar el sufrimiento humano ante esta división, a la que podríamos llamar “fragmentación” de nuestra esencia, de tan intensa que es. Y nos aferramos a uno de estos polos que nombraba aal principio, sintiéndonos altruistas o egoístas, materialistas o trascendentes, emocionales o racionales… siempre en una elección polar, aplicando a esta rigidez el apelativo de “carácter”.
¡Millones de años de evolución y siempre la misma tarea! ¿Cómo podemos integrar nuestra naturaleza holística, a un tiempo individual y social, entre el cielo y el suelo, entre altruismo y egoísmo, y conseguir un poco de felicidad y de sosiego?
Yo tampoco tengo “la” respuesta. Pero resolver nuestra “finitud” asentándonos rígidamente en el individualismo y en la “especificidad” que nos proporciona la rigidez ya estamos viendo que no es la solución, como tampoco lo es la rigidez de entregarnos ciegamente a los otros y correr, con el paso del tiempo, hacia nuestra meta que es la muerte… ¿Quizás la solución está en sustituir “rigidez” por “flexibilidad” y en hacer nuestras las palabras de Machado cuando decía “se hace el camino al andar”?
Flexibilidad que no quiere decir que “todo vale” o que hago lo que me parece sin contar con el otro. En palabras de Bauman, actualmente hemos dejado la rigidez para pasar, no a un estado fluido sino “líquido”, constantemente cambiante, pero no flexible. Flexibles como la ductilidaddel junco que está sólidamente agarrado pero es capaz de dejarse mecer por el viento más huracanado.
Si somos seres “entre el suelo y el cielo”, en constante transito hacia la eternidad ¿no será una vida bien vivida, entendida como el baile constante entre el Yo y el Nosotros, sólidamente aferrados a nuestras cualidades humanas consensuadas lo único que puede darnos consuelo?
Deseo que estas jornadas os sean muy productivas, y quiero acabar con una frase que los fundadores de mi forma de entender la psicoterapia y, por lo tanto el alma humana, nos han dejado: nuestro trabajo, tomado con seriedad, no ofrece curación a todos los problemas que hacen presa en los humanos por el simple hecho de que esto es inherente a la condición humana. No ofrece un camino para volver a las puertas del Edén. Pero si puede ayudar a vivir mejor en un mundo caído.
Conferencia Inagural del VI Congreso Nacional de Estudiantes de Psicología, celebrado en la Universidad Miguel Hernández de Elche, del 1 al 3 de Abril del 2009.

El objetivo de la educación: La deseducación Noam Chomsky

El objetivo de la educación: La deseducación
12 abril 2012 | Categorías: Educación
Noam Chomsky

Noam Chomsky critica el actual sistema de enseñanza. Frente a la idea de que en nuestras escuelas se enseñan los valores democráticos, lo que realmente existe es un modelo colonial de enseñanza diseñado para formar profesores cuya dimensión intelectual quede devaluada y sea sustituida por un complejo de procedimientos y técnicas; un modelo que impide el pensamiento crítico e independiente, que no permite razonar sobre lo que se oculta tras las explicaciones y que, por ello mismo, fija estas explicaciones como las únicas posibles.

Transcripción realizada por Luis Rivas para Rebelión

El objetivo de la educación

Podemos preguntarnos cuál es el propósito de un Sistema Educativo y, por supuesto, hay marcadas diferencias en este tema. Hay la tradicional: una interpretación que proviene de la Ilustración, que sostiene que el objetivo más alto en la vida es investigar y crear, buscar la riqueza del pasado, tratar de interiorizar aquello que es significativo para uno, continuar la búsqueda para comprender más, a nuestra manera. Desde ese punto de vista, el propósito de la educación es mostrar a la gente cómo aprender por sí mismos. Es uno mismo el aprendiz que va a realizar logros durante la educación y, por lo tanto, depende de uno cuánto logremos dominar, adónde lleguemos, cómo usemos ese conocimiento, cómo logremos producir algo nuevo y excitante para nosotros mismos, y tal vez para otros.

Ese un concepto de educación. El otro concepto es, esencialmente, Adoctrinamiento; algunas personas tienen la idea de que, desde la infancia, los jóvenes tienen que ser colocados dentro de un marco de referencia en el que acatarán órdenes, aceptarán estructuras existentes sin cuestionar, etc. Y esto resulta, con frecuencia, bastante explícito. Por ejemplo: después del activismo de los años 60, había mucha preocupación en gran parte de la gente educada, porque los jóvenes se estaban volviendo demasiado libres e independientes, que el país se estaba llenando con demasiada democracia. Y de hecho hay un estudio importante que es llamado «La crisis de la democracia», que afirma que hay ciertas instituciones de los jóvenes -la frase es de ellos- que no están haciendo su trabajo adecuadamente; se refieren a escuelas, universidades, iglesias, que tienen que ser modificadas para que lleven a cabo, con más eficiencia, esa idea, que, de hecho, proviene de liberales internacionalistas, de gente altamente educada.

En efecto, desde esos tiempos se han tomado muchas medidas para tratar de orientar el sistema educativo hacia uno provisto de mayor control, más adoctrinamiento, más formación vocacional, con estudios tan costosos que endeudan a los estudiantes y los atrapan en una vida de conformismo.

Eso es exactamente lo contrario de lo que yo describo como una tradición proveniente de la Ilustración. Y hay una lucha constante entre estos dos enfoques, en las universidades y escuelas. En las escuelas ciertamente se les entrena o para pasar exámenes o bien para la investigación creativa, entendiendo esta ultima como dedicarse a intereses que son estimulados por los cursos en los que se profundiza por cuenta propia o en cooperación con otros. Esta lucha se extiende también al posgrado o a la investigación.

Son dos maneras ver el mundo. Cuando uno ve las instituciones de investigación, como esta en la que estamos [Nota de Transcripción: MIT Instituto Tecnológico de Massachusetts del que Noam Chomsky es profesor emérito], observa que a nivel de posgrado se sigue esencialmente la idea de la Ilustración. De hecho la Ciencia no podría progresar a menos que esté basada en la inculcación del impulso por el desafío, por el cuestionamiento de doctrinas o de la autoridad, a través de la búsqueda de alternativas o del uso de la imaginación, con el trabajo cooperativo que aquí, en esta institución, es constante. Y para verlo, solo se necesita caminar por los pasillos.

Esto es lo que, desde mi punto de vista, debe ser un sistema educativo desde la educación preescolar.

Pero hay estructuras poderosas en la sociedad que prefieren ver a la gente adoctrinada y formateada sin que hagan muchas preguntas, siendo obedientes, realizar la función que se les ha asignado y no tratar de sacudir los sistemas de poder y autoridad. Son opciones que tenemos que elegir

sin importar nuestra posición en el Sistema Educativo, como profesores, estudiantes, o gente externa que trata de ayudar a darle forma, en la manera que ellos creen que debe hacerse.

El impacto de la tecnología

Ha habido ciertamente un crecimiento muy sustancial en nuevas tecnologías: de comunicación, información (acceso e intercambio) o en la naturaleza de la cultura de la Sociedad. Pero debemos tener en cuenta que los cambios tecnológicos que están ocurriendo, a pesar de ser significativos, no tienen, ni de lejos, el mismo impacto que los avances tecnológicos de hace alrededor de un siglo. El cambio, si hablamos sólo de comunicación, de una máquina de escribir a una computadora o del teléfono al correo eléctronico es significativo, pero no se puede comparar con el cambio de barcos de vela al telégrafo: la reducción en eI tiempo de comunicación, por ejemplo entre Inglaterra y los Estados Unidos, fue extraordinaria comparada con los cambios que están ocurriendo ahora. Lo mismo ocurre con otros tipos de tecnología: algo tan sencillo como el agua corriente y el alcantarillado en las ciudades tuvo enormes consecuencias para la salud; mucho más que el descubrimiento de los antibióticos. Los cambios actuales son reales y significativos, pero debemos reconocer otros que ocurrieron y cuyos efectos fueron mucho más drásticos.

En cuanto a la tecnología en la educación, debe decirse que la tecnología es algo neutro. Es como un martillo: al martillo no le importa si lo usas para construir una casa o si un torturador lo usa para aplastarle el cráneo a alguien. El martillo puede hacer ambas cosas. Es lo mismo con la tecnología moderna. Por ejemplo: internet es extremadamente valiosa si se sabe lo que se está buscando; yo la uso todo el tiempo en mi investigación. Si se sabe lo que se está buscando, si se tiene una especie de marco de referencia, que nos dirige a temas particulares y nos permite dejar al margen muchos otros, entonces puede ser una herramienta muy valiosa. Por supuesto, uno debe estar siempre dispuesto a preguntarse si el marco de referencia es el correcto: tal vez algo que encontremos cuestionará la forma en que vemos las cosas. No se puede perseguir ningún tipo de investigación sin un marco de referencia relativamente claro que dirija la búsqueda y que ayude a seleccionar lo que es significativo y lo que no lo es, Io que hay de que dejar de lado, a lo que hay que darle seguimiento, lo que merece ser cuestionado o desarrollado.

No se puede esperar que alguien llegue a ser, por así decirlo, biólogo, nada más con darle acceso a la biblioteca de biología de la Universidad de Harvard y diciéndole: “léela”. Eso no le sirve de nada, y el acceso a internet es lo mismo: si no se sabe lo que se está buscando, si no se tiene idea de lo que es relevante, dispuestos a cuestionarse esta idea, si no se tiene eso, explorar en internet es sólo tomar al azar hechos no verificables que no significan nada.

Entonces, detrás de cualquier uso significativo de la tecnología contemporánea, como internet, sistemas de comunicación, gráficos o lo que sea, a menos que detrás de ese uso haya un aparato conceptual bien dirigido, bien construído, es poco probable que este resulte útil, y hasta podría ser dañino. Si se toma un hecho incierto aquí y otro allá y alguien los refuerza, terminamos con un panorama que tiene algunas bases objetivas, pero nada que ver con la realidad. Hay que saber cómo evaluar e interpretar para entender.

Volviendo a la biología, la persona que gana el premio Nobel no es la que lee más artículos y toma más notas; es la persona que sabe qué buscar. Cultivar esa capacidad para buscar lo que es significativo y estar siempre dispuesto a cuestionar si estamos en el camino correcto, de eso es de lo que debe tratar la educación, ya sea usando computadores e internet o lápiz, papel y libros.

Costo o Inversión

La Educación es discutida en términos de si es una inversión que vale la pena, de si genera un gran capital humano que puede ser usado en el crecimento económico, y esa es una manera muy extraña, muy distorsionada, de cuestionarse el tema, opino. ¿Queremos tener una sociedad de individuos libres, creativos e independientes capaces de apreciar y aprender de los logros culturales del pasado y contribuir a ellos? ¿Queremos eso o queremos gente que aumente el PIB? No es necesariamente lo mismo.

Una educación como aquella de la que hablaban Bertrand Russell, John Dewey y otros, tiene un valor por sí misma. Independientemente del impacto que tenga en la sociedad tiene un valor, porque ayuda a crear seres humanos mejores. Después de todo a eso es a lo que debe servir un sistema educativo.

No obstante, si se quiere ver en términos de costo y beneficio, tomemos por ejemplo la nueva tecnología de la que hablábamos: ¿de dónde viene? Bueno, pues mucha de ella fue desarrollada exactamente donde estamos sentados [Nota de Transcripción: MIT]. En el piso de abajo había un gran laboratorio en los años 50, donde fui empleado de hecho, y donde había muchos científicos, ingenieros, gente con todo tipo de intereses, filósofos y otros, que desarrollaron el carácter básico y aún las herramientas básicas de la tecnología que es común hoy día. Las computadoras e internet estuvieron exclusivamente en el sector público durante décadas, financiadas en lugares como este, donde la gente exploraba nuevas posibilidades; muchas de ellas eran impensables y desconocidas en ese momento, algunas funcionaron, otras no, pero las que funcionaron fueron convertidas en herramientas que la gente puede usar.

Esa es la manera como el progreso científico tiene lugar. Es la manera en la que el progreso cultural tiene lugar, generalmente.

Los artistas clásicos, por ejemplo, son el producto de las habilidades tradicionales que se desarrollaron a lo largo del tiempo con maestros artistas, y a veces con su ayuda se crearon cosas maravillosas.

Todo eso no sale de la nada. Si no existe un sistema cultural y educativo activo, enfocado en la estimulación de la exploracion creativa, con independencia de pensamiento, con disposicion a cruzar fronteras para desafiar las creencias aceptadas… si no se tiene eso, no obtendremos la tecnología que lleva a obtener beneficios económicos. Beneficios, sin embargo, que no creo que sean el objetivo principal del enriquecimiento cultural y la educación.

Evaluación vs. Autonomía

Ha habido, en los últimos tiempos particularmente, una estructuración cada vez mayor de la educación, que comienza a temprana edad y contínúa luego, y que funciona a través de exámenes.

Pasar exámenes puede ser de alguna utilidad tanto para la persona que está pasando el examen -para comprobar cuánto sabe, lo que ha logrado, etc- como para que los instructores se den cuenta qué es lo que hay que cambiar, mejorar, en el desarrollo del curso. Pero más allá de eso no dicen mucho.

Lo sé por mi experiencia de años, he estado en comités de admisión a programas de posgrado avanzado, tal vez uno de los programas más avanzados del mundo, y sí, desde luego, ponemos atención a los resultados de exámenes, pero realmente no mucha. Una persona puede tener resultados magníficos en todos los exámenes y entender muy poco. Todos los que hemos pasado por escuelas, colegios, universidades, sabemos eso. Se puede estar inscrito en un curso que no nos interesa para el que existe el requerimiento de pasar un examen, y se estudia para el examen, se logra pasarlo con la mejor nota y, dos semanas más tarde, no nos acordamos de mucho. Estoy seguro que todos hemos tenido esa experiencia.

Los exámenes pueden ser una herramienta útil si contribuyen a los fines constructivos de la educación, pero si sólo se tratan de una serie de obstáculos que hay que superar pueden no tanto carecer de sentido como distraernos de lo que queremos hacer. De hecho veo esto frecuentemente cuando hablo con profesores: hace un par de semanas estaba yo hablando con un grupo que incluía profesores de escuela y había una profesora de 6º grado, es decir, con alumnos de 10 a 12 años, que vino a hablar conmigo luego y me dijo que en su clase una niña le contó que estaba realmente interesada en un tema: le pedía consejo para aprender más al respecto, pero la maestra se vio obligada a decirle que no podía hacer eso, porque la niña debía estudiar para un examen a nivel nacional que se acercaba y que eso iba a determinar su futuro; la profesora no lo dijo, pero también iba a determinar el de ella, es decir, eso influiría para que la contrataran de nuevo.

Ese sistema no es sino una preparación de los niños para pasar obstáculos, no para aprender, entender y explorar. Esa niña hubiera ganado mucho más si se le hubiera permitido explorar lo que le interesaba y tal vez no sacar una muy buena calificación en un examen de algo que no le interesaba.

Buenas calificaciones vienen por sí solas si el tema coincide con los intereses y preocupaciones del alumno. No digo que los exámenes deban eliminarse, pueden ser una herramienta educativa útil. Pero complementaria, algo que ayude a los estudiantes a mejorar por sí mismos, o para los instructores u otros que necesitemos saber acerca de lo que hacemos e indicarnos lo que debemos modificar.

Pasar exámenes no se puede ni comparar con buscar, investigar, dedicarse a temas que nos atraen y nos estimulan; esto último es mucho más práctico que pasar exámenes. Y, de hecho, si se nos da la oportunidad de este tipo de carrera educativa, el estudiante recordará lo que descubrió.

Un físico mundialmente famoso, aquí en el MIT daba, como muchos catedráticos, cursos a estudiantes nuevos. Un estudiante le preguntó qué temas se iban a cubrir durante el semestre y su respuesta fue: “No importa lo que se cubre, sino lo que se descubre”. Y es correcto: la Enseñanza debe inspirar a los estudiantes a descubrir por sí mismos, a cuestionar cuando no estén de acuerdo, a buscar alternativas si creen que existen otas mejores, a revisar los grandes logros del pasado y aprenderlos porque les interesen.

Si la Enseñanza se hiciera así los estudiantes sacarían provecho de ello, y no sólo recordarían lo que estudiaron sino que lo utilizarían como una base para continuar aprendiendo por sí solos.

Una vez más: la educacion debe estar dirigida a ayudar a los estudiantes a que lleguen a un punto en que aprendan por sí mismos, porque eso es lo que van a hacer durante la vida, no sólo absorber información dada por alguien y repetirla.

http://www.attacmadrid.org

martes, 10 de abril de 2012

TERAPIA REGRESIVA, VIDAS PASADAS y KARMA

TERAPIA REGRESIVA, VIDAS PASADAS y KARMA
Posted on 10 abril, 2012 | 11 comentarios
¿Por qué prohibió y persiguió la Iglesia el concepto de reencarnación en el siglo VI en el concilio de Constantinopla? ¿qué es lo que llevan ocultándonos a toda la humanidad durante tantos siglos?

¿Es posible que el alma experimente diversas vidas simultáneamente de manera que las heridas de una vida afecten a las otras vidas?

Las técnicas de terapias regresivas permiten recordar vidas anteriores lo cual ayuda a solucionar problemas de la vida actual. Quizás Vd. tiene una dolencia en las piernas porque en una vida anterior sufrió una amputación o una herida grave o quizás Vd. viva una especial e inexplicable relación con una persona debido a que estuvieron unidos en una vida anterior.

¿Se ha parado alguna vez a pensar que un familiar fallecido haya podido reencarnar en un nuevo familiar nacido posteriormente?

¿TE ATREVES A DESPERTAR?

El siguiente vídeo nos habla sobre la aplicación de la terapia regresiva en su afán por sanar heridas de vidas pasadas. La terapia regresiva nos ayuda a recordar y ahondar en experiencias del pasado de modo que podamos transmutar toda esa energía que toma forma de bloqueos, barreras y limitaciones en nuestras vidas actuales. Recordar la raíz de nuestras imperfecciones nos ayuda a conocer el origen de las mismas, pudiendo así hacer una mejor gestión de nuestro karma actual. Entiéndase Karma cómo lecciones y/o experiencias que nos quedan por vivir y que nos alejan de nuestra esencia. En definitiva la terapia regresiva nos ayuda a conocernos mucho mejor y por ende, a mejorar nuestras vidas.

La terapeuta muestra técnicas propias del Reiki y las constelaciones familiares, así como a su vez hace uso del cuenco tibetano y gemas varias.