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domingo, 27 de marzo de 2011

Universos Emocionales


Las emociones son un crisol de multitud de alternativas posibles. las caras que constituyen las emociones: Cognitiva, fisiológica, social y de propósito. Las emociones nos hacen sentir (cara cognitiva), movernos (cara fisiológica), comunicarnos (cara social) y nos motivan a tomar decisiones (cara de propósito). Dependiendo de cada situación y persona, la combinación de piezas (o de respuestas) es única. Y la respuesta que tengamos dependerá de cómo sintamos, actuemos, nos expresemos o adaptamos nuestra motivación. Los sentimientos se mezclan con las decisiones, las expresiones de nuestro cuerpo o los cambios corporales.

miércoles, 9 de marzo de 2011

EL DIVORCIO Y SU PROCESO DE DUELO

EL DIVORCIO Y SU PROCESO DE DUELO
El divorcio es un acontecimiento en el que están involucrados muchos sentimientos, especialmente de dolor, que impacta no sólo a la pareja sino a toda la familia.
El divorcio es la muerte de una relación, y como tal, es necesario vivir el luto de este trauma, de esta pérdida. Se da en tres etapas:
• Muerte de la relación
• Luto
• Adaptación

El propósito es que las personas sean capaces de superar las tres etapas y que no se queden solamente con la muerte de la relación, sino que pongan fin al matrimonio ya que muchas parejas siguen casados por años aun sabiendo que la relación de pareja ya haya muerto. También es importante que se logre superar la etapa de luto; ya que muchos no logran volver a construir una vida satisfactoria, e incluso quedan ligadas a la ex pareja con enojo y resentimientos ocupando su energía en pensar si la otra persona ya construyo su vida nuevamente. Sin saber que esta actitud crea un lazo invisible que no se rompe con la firma del divorcio.
El objetivo es crear una identidad propia, reconocerse como una persona independiente que no necesita de una pareja o de hijos para encontrar su identidad.
Una persona que se conoce, que sabe lo que quiere, que es capaz de vivir y resolver su vida sola y no en función de cuidar, atender o proteger a alguien más.
Si se aprende de la relación pasada y se conoce a uno mismo en estos aspectos, se perderá el miedo a la intimidad y se estará preparado para establecer una nueva relación de pareja más sana y duradera en el futuro.
CAUSAS DE UNA RUPTURA
1. Infidelidad.- Es difícil que una persona acepte a su pareja una vez que sabe que ésta le ha sido infiel. El cuerpo y el alma son el uno para el otro. Es difícil pensar que la esposa o el esposo hayan tenido relaciones extramaritales con una persona que es ajena a su matrimonio, entienda que fue una relación casual que no afecte su intimidad. La aceptación corporal es única e íntima y si alguien ajeno la rompe, no se tiene la conciencia de seguir con la misma actitud.
2. Libertad mal entendida.- En el matrimonio de debe dar una apertura para el desarrollo personal sin olvidar que se está caminando al lado de la otra persona. Una libertad mal entendida o mal creada confunde a la pareja y se torna en un ambiente de duda y desconfianza. Se es libre en la medida en que se respeta a la pareja.
3. La familia de origen.- Hay hijos que siempre viven atados a la mamá o al papá y que difícilmente pueden vivir lejos de ellos. La dependencia de los hijos cuando se casan, traen malas experiencias conyugales que rompen con la armonía de la pareja y no permiten la independencia matrimonial.
4. Celos.- los celos enfermos que se provocan por la inseguridad personal de las parejas, cuando se obsesionan indebidamente las cosas que rodean a las personas. Se vigila a la persona indebidamente dudándose en todo momento de la credibilidad del amor.
5. Problemas económicos.- Se sabe que al amor con hambre no dura y esto se refleja a que los problemas económicos puede llevar al fracaso matrimonial. Toda ausencia de lo indispensable en la casa causa malestar y tiene un límite.
LAS DISTINTAS ETAPAS DE UNA RUPTURA
1. La decisión: la mayoría de los matrimonios llega a tomar la decisión de divorciarse después de meses o años de disputas, desilusiones, ofensas y frustraciones. Este momento trae aparejado sentimientos de culpa, pérdida de la autoestima, aislamiento, dificultades para atender otros temas y, en algunos casos, ansiedad e incluso depresión.
2. Planeamiento de la ruptura: la pareja debe repartir su patrimonio y lograr acuerdos sobre el futuro de los hijos. En esta etapa son comunes la rabia, la descalificación mutua, los sentimientos y las conductas agresivas.
3. Separación: supone la aceptación de la pérdida de la relación de la pareja y la unidad familiar. Prima la desorientación y la necesidad de reconfirmar afectos y vínculos preexistentes a la separación, que ahora deberán funcionar como redes de sostén.
4. Desvinculación: implica la aceptación de la realidad de la pérdida, la renuncia a la fantasía de volver con la pareja, el inicio de nuevos vínculos y la posibilidad de comenzar a pensar en una nueva relación de pareja.
Cuando muere el amor, sea cual sea la causa, resulta imposible cualquier comunicación y relación íntima y cariñosa.
LA NECESIDAD DE UN DIVORCIO
a) Amor / desamor.
Durante el entusiasmo y la pasión de un nuevo romance, es muy natural que se vea al otro a través de cristales color de rosa. Esto es especialmente fácil en las primeras etapas de la relación, cuando la nueva pareja muestra su mejor comportamiento, su mejor aspecto. Hacemos un esfuerzo especial para ser lo más fascinantes, encantadores, ingeniosos, comprensivos, lisonjeros y complacientes que sea posible. Es parte del ritual de la conquista del amor. Según E. Fromm (1956) encontramos ciertos elementos comunes a todas las formas del amor, que son: cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento. Afirma que el amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de los que amamos. Sin embargo, cuando suele suceder lo contrario en algunas parejas, ese cristal que antes era color de rosa, ahora se torna gris y hasta negro; ya que vamos con el paso del tiempo descubriendo que los defectos del otro son mayores que las cualidades, que los valores toman otro matiz.
b) Respeto / falta de respeto.
El respeto en la pareja significa la capacidad de ver a una persona tal cual es, tener conciencia de su individualidad única y preocuparse para que crezca y se desarrolle tal como es. Si esto no se cumple por parte de uno o de ambos de los integrantes de la pareja, empiezan los insultos, la falta de consideración y cuidados
c) Comunicación / incomunicación.
Definitivamente la comunicación es un arte. Con ella transmitimos información, ideas, creencias, sentimientos y pensamientos. Penetramos de algún modo en el mundo del otro. La comunicación supone un contacto en relación con las personas que tenemos algún trato. Pero si por el contrario, aparecen las burlas, los gritos, los insultos, los reproches, las amenazas, las ironías, las caras largas, el rencor, las muecas y los sermones, aparece con ello la comunicación negativa traduciéndose en aislamiento, separación y rechazo
d) Influencia de la familia de origen.
Cuando una pareja decide casarse, cada uno de sus integrantes se encuentra involucrado en una situación de conflicto entre su lealtad a la familia de origen. La separación y el duelo por la familia de origen es un proceso trabajoso y doloroso que deberá afrontar la nueva pareja para dar paso a su propia familia. El éxito o el fracaso de este proceso, dependerá de la cercanía de cada uno de ellos a su familia de origen, de los celos que la familia del cónyuge pueda generar en el otro y de las situaciones de hostilidad surgidas antes o después de la constitución de ésta.
e) Agresiones físicas y psicológicas.
Tanto la agresión física como psicológica pueden presentarse en una relación de pareja. Cuando la relación de amor-odio se inclina hacia este último y esto no constituye un momento aislado de la misma, sino que caracteriza su funcionamiento, decimos que el vínculo es violento.
f) Fidelidad / Infidelidad.
Ninguna relación sexual puede mantener el magnetismo característico de la luna de miel. Por su propia naturaleza las relaciones íntimas sufren vaivenes a medida que la pareja va madurando. Pero con el tiempo los temas dominantes son el poder y el control que se ejerce en el otro, siendo el terreno sexual el escenario de importantes conflictos. Algunas personas prefieren guardar el secreto y convivir, en la mayoría de los casos con la culpa de haberle sido infiel a su cónyuge.
g) La influencia de los hijos.
Cuando los hijos se percatan que existen problemas muy serios entre sus padres, esto les preocupa mucho. Ven amenazado su futuro. En ocasiones hay niños que se sienten culpables de esa separación.
h) La influencia de la religión
Hay parejas que a pesar de vivir un infierno en su matrimonio, no se divorcian debido a sus creencias religiosas. Para esas personas ese vínculo es hasta que la muerte los separe y ante esa creencia soportan y mutuamente se hacen insoportable la vida. Aquí es donde los hijos sufren más; ya que representa una incongruencia.
i) El control en la pareja.
En la relación de pareja, no sólo se elige lo que agrada, también lo que agrede, desagrada y, en última instancia, una forma en la que surge el sentimiento de ser atacado; se elige al propio enemigo en la pareja, de quien se genera dependencia. Otro aspecto importante dentro del control de la pareja, es el relacionado con la rivalidad. Querer ser siempre mejores que nuestra pareja, pensar y creer que todo lo que hacemos siempre está bien, mientras que lo que hace nuestra pareja no está a la altura

Muchas parejas que deciden romper piensan que está mal y que es un signo de fracaso por su parte. La verdad es que lo que sí está mal es aceptar la crueldad, el abuso, la infelicidad. Seguir manteniendo una relación destructiva constituye un fracaso mayor que encontrar el coraje necesario para ponerle fin. Si ya se ha hecho todo lo posible por cambiar la relación, y nada se ha modificado ni logrado, entonces lo que está mal es permanecer juntos.

CONSECUENCIAS DEL DIVORCIO.
1. Físicas.
Los síntomas psicosomáticos son la expresión física de los problemas emocionales. Se pueden presentar en cualquier momento de la vida por diversas circunstancias. El caso del tan conocido dolor de cabeza que ataca cuando se está pasando por un periodo de graves preocupaciones y de situaciones llenas de tensión.
Otro de los signos de carácter físico y que mucha gente es propensa a ellos son los mareos. Cuando los mareos son sin razón orgánica, la gente tiene miedo de perder el control. También los problemas respiratorios equivalen sencillamente a una forma de llanto disfrazada.
Otra manifestación son los problemas cardiacos psicosomáticos, que representan otra expresión común de la tensión, de la angustia o de la cólera. Así como los calambres estomacales y el estreñimiento que se emplean para disfrazar sentimientos de culpa, ira, frustración y angustia. La diarrea por su parte, constituye frecuentemente un signo de intensa angustia. Puede proceder de cólera reprimida
2. Emocionales
Se puede padecer uno o una combinación de varios de ellos. Todos representan una desviación de la conducta y de las actitudes normales y significativas que hay alteraciones en su patrón de vida y estructura de la personalidad:
a). Sensación de angustia.
b). Inquietud.
c). Incapacidad para tomar decisiones.
d). Irritabilidad.
e). Sentimientos de tristeza.
f). Insomnio.
g). Pérdida de apetito.
h). Gula emocional.
i). Fatiga.
j). Falta de interés en el trabajo y/o ambiente.
El DUELO
Es el conjunto de sentimientos, pensamientos, estados de ánimo, comportamientos y reacciones fisiológicas que experimentamos cuando perdemos algo importante para nosotros, es el camino que se tiene que recorrer si se quiere recuperar la estabilidad bio-psico-social y espiritual. Cuando las personas no se dan la oportunidad de vivir cada etapa de su duelo, pueden pasar años, o el resto de su vida, atrapadas en sentimientos dolorosos y limitantes.
Podemos hablar de dos tipos de duelo, el NORMAL y el PATOLÓGICO. A continuación describiré cada uno de ellos.
DUELO NORMAL
Es el que enfrentamos en un tiempo determinado con una serie de eventos que es importante reconocer, aceptar y sobre todo vivir.
Frente a la vivencia de la pérdida, el proceso de duelo se establece para poder seguir adelante, para poder superar la ausencia que conlleva a la superación de una pérdida; es la garantía de desarrollo, crecimiento y salud.
La doctora Elizabeth Kübler- Ross, pionera y quien más aportaciones ha hecho en el proceso del duelo, afirma que ante una pérdida, se atraviesa por diferentes etapas:
1.- NEGACION:
Es la dificultad para aceptar una realidad que nos duele, que no nos gusta, que quisiéramos que no fuera así. Fortalecer los mecanismos de negación, es disfrazar la realidad, es auto-engañarse.
2.- RABIA:
Cuando la rabia se hace presente hay enojo, coraje, ira, odio, envidia; no es que no se haya tenido este sentimiento antes, sólo que ahora esta emoción predomina. Aparece por la interrupción no deseada e irreparable de una relación importante, y por la necesidad de afrontar la muerte como parte de la vida. Es una explosión dolorosa, no importa contra quién o contra qué, necesitamos encontrar culpables, culpables como nuestro propio Dios.
3.- CULPA
La culpa es una versión auto dirigida del resentimiento. Culparnos es una manera de concretar que “yo” lo hubiera podido evitar. De paso, nos culpamos también por todo aquello que no pudimos hacer.
4.- DEPRESIÓN
Este es el momento más duro del camino. Es la etapa de la tristeza que duele en el cuerpo, la etapa de la falta de energía, de la tristeza dolorosa y destructiva. Lo malo de esta etapa es que es desesperante, dolorosa, inmanejable. Lo bueno es que pasa, y que mientras pasa, nuestro ser se organiza para el proceso final, el de la cicatrización, que es el sentido último de todo el camino.
5.-LA ACEPTACION
“Después de la tempestad viene la calma”. Una vez que se ha sentido, expresado y hecho todo lo que sea necesario sentir, expresar y hacer, se entrará en esta etapa. Hay signos muy claros para saber que se está llegando al final de ese camino llamado duelo:
• De nuevo hay ganas de divertirse, conocer nuevas personas, salir y hacer todo tipo de actividades.
• No se sienten ganas de llorar.
• No hay tristeza, culpa, coraje o nostalgia cuando se recuerda el hecho.
• Se asume la parte de responsabilidad correspondiente.
• Hay paz interior.
• Se siente que la vida sigue y hay que fluir con ella.
• Se está preparado(a) para iniciar una nueva aventura, para dar y recibir amor, si así se desea.
DUELO PATOLOGICO
Es el duelo que se aleja de la elaboración saludable de la pérdida, metafóricamente podemos decir que es el proceso de cicatrización en el que la herida nunca llega a sanar.
La mayoría de los duelos patológicos suceden como consecuencia de alguna de estas distorsiones:
• El duelo nunca empieza.
• El duelo se detiene en alguna de las etapas.
• El duelo progresa hasta un punto y regresa hacia alguna etapa anterior.
• El duelo se atasca intentando evitar una etapa. Es importante dejar en claro que lo enfermizo no aparece porque existe un duelo, sino que, aparece con el duelo, señalando que un duelo patológico es siempre la expresión de una patología previa, es decir, hay algo que está complicando desde antes y que sale a la luz con el proceso de duelo.
ALTERNATIVAS DE DESAHOGO
EL DOLOR;
Como cualquier otro sentimiento no se cura evadiéndolo; es necesario dar los espacios para sentirlo, para dejarlo estar. A veces el dolor que causa una pérdida, se mezcla con dolores viejos que no se recuerdan conscientemente, ni se tiene presente su origen, dolores de abandonos pasados, de asuntos inconclusos, de heridas no sanadas. Llorar es una forma de desahogo indispensable en el proceso de curar la tristeza. Hay que permitirse llorar cada vez que se desea, todo el tiempo que se quiera, cuantas veces se quiera, algún día, de manera espontánea y natural, se acabarán las ganas de llorar.
Otras formas de contactar con el dolor:
- Escribir poemas, escribir el dolor o escribir a quién se creé que causó el daño.
- Crear una pintura o realizar cualquier otra actividad relacionada con el arte.
- Buscar el contacto con la naturaleza.
- Meditar: contactar con lo más profundo de sí mismo(a), y encontrar tesoros inimaginables.
- Buscar consuelo en ese Ser superior al que alguna vez se haya recurrido.
LA IRA;
Hay creencias erróneas de que la ira es mala, esto hace difícil reconocerla, aceptarla como propia, enfrentarla y manejarla; lo más común es negarla o reprimirla. La ira reprimida tiende a somatizarse causando enfermedades, insomnio, ansiedad, amargura y hasta depresión.
Algunas maneras sanas de manejarla:
- Expresar con libertad “todos los sentimientos” a través de cartas, no importando a quién se les dirija, posteriormente hay que quemar o romper.
- En lugar de agredir verbalmente o golpear a las personas, golpear un cojín, patear un balón o un colchón.
- Salir a correr, subir y bajar escaleras.
- Darse un baño.
- Gritar fuerte al aire.
- Hacer respiraciones profundas
LA CULPA;
La culpa nos hace sentir indignos o avergonzados. Esta, como todos los sentimientos, tiene una utilidad: llevarnos a reconocer que hemos actuado de forma equivocada y que debemos hacer cambios en actitudes y comportamientos por lo que se debe dejar ir, perdonarse así mismo.
- Elegir un símbolo que represente la culpa, tal vez una piedra, una rama espinosa, o cualquier cosa en que se perciba. Después, cargar el símbolo a donde quiera que se vaya, igual que la culpa, no soltar, ni siquiera para dormir o para bañarse. Al sentir que ya es suficiente, dejarla ir. Quizá se quiera enterrar, quemar, tirar al mar o simplemente tirar.
En ocasiones, las experiencias de pérdida son incontrolables y se necesita ser apoyados por alguien por lo que es importante reconocer cuando se requiere la ayuda profesional.
- Por último, aprender a perdonar, sobre todo perdonarse a sí mismo(a), es la llave que abre las puertas de la paz y la libertad. Nos libera de los grilletes del resentimiento y el odio y da el poder para romper las cadenas de la amargura y del egoísmo.
El duelo ante cualquier pérdida es doloroso y la pérdida de la pareja, no sólo afecta a dos, arrastra en su caída a personas inocentes; los hijos, quienes sufren las consecuencias en su propia vida.
El divorcio en muchas ocasiones es un mal necesario que llevado en buenos términos, evita sufrimientos mayores.
Todo duelo conlleva un proceso: para unos largo, para otros, corto, o para otros eterno, pero siempre existe un camino si se quiere salir adelante, en el que a veces se recorre solo, pero con voluntad firme y en otros casos el recorrido será tomado de una mano amiga, de un especialista, quien teniendo las herramientas adecuadas guiará al doliente hacia la salida del sufrimiento, lo guiará, hacia una nueva vida.
Asociación Mexicana de Educación Continua y a Distancia, A.C.