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viernes, 30 de abril de 2010

SEIS SOMBREROS PARA PENSAR (E. DE BONO)




En todos los tiempos, en escuelas y universidades se ha estimulado y cultivado el pensamiento lógico o vertical, pero éste, si bien es eficaz, resulta incompleto. El pensamiento lógico, selectivo por naturaleza, ha de complementarse con las cualidades creativas del pensamiento lateral. El pensamiento lateral es el conjunto de procesos destinados al uso de información de  modo que genere ideas creativas mediante una reestructuración perspicaz de los conceptos ya existentes en la mente.


El pensamiento lateral está íntimamente relacionado con los procesos mentales de la perspicacia, la creatividad y el ingenio. Se trata de una forma definida de aplicar la mente a un tema o problema dado, oponiendo nueva información con ideas viejas. Se obtendría así una modificación de la idea antigua como resultado de los nuevos conocimientos.



 


De Bono, en su famoso libro “Seis sombreros para pensar”, distingue entre pensamiento creativo y pensamiento reactivo. El pensamiento reactivo está presente en la mayor parte de la tradición del pensamiento occidental, y consiste en el diálogo y en la argumentación dialéctica, cuya utilidad estriba en saber reaccionar ante un interlocutor, pero no para generar propuestas.


 


Este pensamiento creativo se centra en cambio en producir propuestas, establecer objetivos, evaluar prioridades y generar alternativas. Para resolver conflictos es más útil el pensamiento creativo que el reactivo.
Podemos identificar varios sombreros que suelen estar presentes como actitudes en las personas cuando aparecen los problemas y conflictos.
Los resumo en el cuadro siguiente:
Tipo de sombrero Significado Consecuencias
Negativo (negro)
Esto no tiene solución… Actitudes inmovilistas y de supervivencia
Casco de protección
No es mi problema, a mí no me afecta…
Individualismo y falta de responsabilidad
De policía
Mano dura, más sanciones y control…
No facilita autonomía y responsabilidad, no empatía
De torero
Torear los problemas, manejarse con ellos…
No afrontamiento de los problemas de raíz
Mágico
Hacer desaparecer y olvidar problemas…
Ocultamiento, represión, máscaras
Cura (de los de antes)
Resignación. Son nuestras cruces…
Frustración, estrés.

Ante los problemas es fácil que surjan comentarios relativos a estos sombreros. El común denominador de los mismos es que no conducen a resolver positivamente el conflicto, más bien lo enmascaran y recrudecen. Para gestionar bien el conflicto hay que saber identificar nuestro sombrero en primer lugar, y en un segundo lugar aprender a quitárselo.

Los sombreros de pensar de Edward de Bono nos pueden ser muy útiles a la hora de analizar nuestros conflictos interpersonales. El ideal sería ir poniéndose estos sombreros en 6 sillas diferentes en las que nos vamos sentando tratando de experimentar el conflicto o problema con cada uno de los sombreros. Este ejercicio imaginario debe hacerse en una habitación tranquila (el salón de tu casa por ejemplo) y cuando estemos solos. Veamos los puntos de vista de los diferentes sombreros:
Blanco. Con este sombrero potencias el pensamiento lógico y racional; te centras en los datos y en la información que ya tienes sobre la situación y te lleva a buscar nuevos datos e informaciones contrastadas.
Rojo. Con este sombrero puedes analizar las emociones relacionadas con el tema, te da una perspectiva más “visceral”, en el que las pasiones son el punto focal; este sombrero te permite conectar con los sentimientos propios y los de las personas implicadas en el conflicto.
Azul. Es el sombrero de la organización y del orden de la información; te permite estructurar la información con la que ya cuentas para hacerla más clara. No se trata tanto de pensar en el conflicto como de organizar la información que tienes sobre éste.
Negro. Es el sombrero del “abogado del diablo”, el que te hace ver las dificultades y puntos negativos del conflicto; aquellos a los que tarde o temprano tendrás que darle solución. Te lleva a cuestionarte todas las soluciones posibles, a buscarle las vueltas a toda la información que tienes.
Amarillo. Es el sombrero del pensamiento positivo, de la ilusión en el proyecto y de la confianza en las posibilidades de llegar a una buena solución; te permite analizar los puntos fuertes del conflicto, lo que puede aportar como oportunidad de mejora y desarrollo.
Verde. Es el sombrero de la creatividad; no necesitas analizar demasiados aspectos del tema, sino que debes aportar nuevas ideas o visiones al problema y su solución. El sombrero verde te facilita ver las alternativas y las otras vías de solución del conflicto.
Una vez que nos hemos quitado los sombreros negativos, de policía, de cura, chisteras, cascos de protección, y hemos experimentado los sombreros de Bono en nuestro conflicto, es muy probable que nuestra mente esté mejor preparada para afrontarlo, más motivada para solucionarlo.

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